martes, 21 de mayo de 2013

TODO LO QUIERO RÁPIDO



Uno de los temas más en boga de todo padre peruano es la educación de sus hijos. Me parece genial y loable que los padres busquen el mejor colegio posible para sus hijos. Sin embargo, las presiones del mundo moderno y la cultura “rápida” están causando estragos en cada sector de la sociedad peruana. De más está decir que la entrada a la Universidad no escapa a esa verdad, es más, la incentiva de maneras indescriptibles. Por ejemplo, hay alumnos que desde cuarto de secundaria ya están sufriendo el stress de entrar a la Universidad y no dejan de prepararse todas las vacaciones.
En ese mismo sentir pasan su último año de colegio en una academia sufriendo para su ingreso a la Universidad. Es más, en no pocos casos el colegio pasa a ser un impedimento, en vez de ser, como algunos dicen: “el mejor momento de sus vidas”. Ese último año se la pasan estudiando de día en el colegio y por las tardes y noches en la academia. Todo por no “quedarse atrás” e ingresar lo más rápido posible.
Así es, estimado lector, no estamos viviendo solo el tiempo de la comida “rápida”, sino de todo lo rápido. Rápido entrar a la Universidad, rápido trabajar, rápido tener enamorado, (hay de mí si se me pasan los años dicen muchas mujeres), rápido lo quiero todo. No me pueden demorar en un restaurante,  debe ser rápida la atención en el banco. Incluso, rápido debe ser el mensaje de la Palabra de Dios, debo ir a la playa, al club o al almuerzo familiar luego del servicio.
Como pastor, en muchas ocasiones me han pedido que predique un mensaje “cortito” (léase “rápido!!) ya que la actividad a realizarse iba a ser larga.
Así es que, estimado Padre de Familia del Colegio San Andrés, la visión de este humilde Capellán no es sólo que su hijo entre a la Universidad o tenga el mejor trabajo posible, ambos son vitales y decididamente centrales para sus vidas, pero piense en esto que le planteo a continuación:
¿Eso es el todo de la vida? ¿Tener un buen trabajo y ganar bien? ¿No es acaso la vida integral de su hijo lo más importante? ¿Se puede ser exitoso en la vida habiendo fracasado con la familia? ¿Qué tan exitoso es un hombre que no tiene a Dios en su vida?
Jesús dijo: ¿De qué le vale al hombre ganarlo todo y perder su alma?
Como Capellán me importa un montón el futuro universitario y laboral de sus hijos, pero mi visión es que sus hijos sean hombres y mujeres en todo el sentido de la palabra, cuya única medida de comparación sea Jesucristo hecho hombre, nada menos y nada más. Mientras más se parezcan a Cristo, más estarán seguros de la razón de sus existencias. Entonces y sólo entonces, serán  empresarios dignos de imitar, empleados responsables, doctores de bien, arquitectos agentes de cambio, profesores admirables, pastores de impacto, abogados destacados y, por qué no, presidentes con visión y temor de Dios.
Así que, amados papis, la visión que deben de tener para sus hijos no es la educación o la herencia que les van a dejar, lo que sí importará será lo siguiente: ¿QUÉ DIRÁ EN SUS LAPIDAS?
Es decir, no vean todo rápido, “el pueblo sin visión perece”. Su misión como padres es asegurarse que sus hijos serán por siempre (y no “rápido”) grandes personas y no sólo hasta que tienen 18 años o se vayan de la casa, eso es simplemente vivir una vida vacía, sin impacto, eso es simplemente vivir “Rápido”.
La pregunta del millón será: ¿Fue un gran hombre, buen esposo y padre? ¿Fue una gran mujer, buena esposa y madre? Les animo que ésa sea la visión que tengan para sus amados hijos, nuestros alumnos, porque de hecho ésa sí es la nuestra.