Uno de los temas
más en boga de todo padre peruano es la educación de sus hijos. Me parece
genial y loable que los padres busquen el mejor colegio posible para sus hijos.
Sin embargo, las presiones del mundo moderno y la cultura “rápida” están
causando estragos en cada sector de la sociedad peruana. De más está decir que
la entrada a la Universidad no escapa a esa verdad, es más, la incentiva de
maneras indescriptibles. Por ejemplo, hay alumnos que desde cuarto de
secundaria ya están sufriendo el stress de entrar a la Universidad y no dejan
de prepararse todas las vacaciones.
En ese mismo
sentir pasan su último año de colegio en una academia sufriendo para su ingreso
a la Universidad. Es más, en no pocos casos el colegio pasa a ser un impedimento,
en vez de ser, como algunos dicen: “el mejor momento de sus vidas”. Ese último
año se la pasan estudiando de día en el colegio y por las tardes y noches en la
academia. Todo por no “quedarse atrás” e ingresar lo más rápido posible.
Así es, estimado
lector, no estamos viviendo solo el tiempo de la comida “rápida”, sino de todo
lo rápido. Rápido entrar a la Universidad, rápido trabajar, rápido tener
enamorado, (hay de mí si se me pasan los años dicen muchas mujeres), rápido lo
quiero todo. No me pueden demorar en un restaurante, debe ser rápida la atención en el banco.
Incluso, rápido debe ser el mensaje de la Palabra de Dios, debo ir a la playa,
al club o al almuerzo familiar luego del servicio.
Como pastor, en
muchas ocasiones me han pedido que predique un mensaje “cortito” (léase
“rápido!!) ya que la actividad a realizarse iba a ser larga.
Así es que,
estimado Padre de Familia del Colegio San Andrés, la visión de este humilde
Capellán no es sólo que su hijo entre a la Universidad o tenga el mejor trabajo
posible, ambos son vitales y decididamente centrales para sus vidas, pero
piense en esto que le planteo a continuación:
¿Eso es el todo
de la vida? ¿Tener un buen trabajo y ganar bien? ¿No es acaso la vida integral
de su hijo lo más importante? ¿Se puede ser exitoso en la vida habiendo
fracasado con la familia? ¿Qué tan exitoso es un hombre que no tiene a Dios en
su vida?
Jesús dijo: ¿De
qué le vale al hombre ganarlo todo y perder su alma?
Como Capellán me
importa un montón el futuro universitario y laboral de sus hijos, pero mi
visión es que sus hijos sean hombres y mujeres en todo el sentido de la
palabra, cuya única medida de comparación sea Jesucristo hecho hombre, nada
menos y nada más. Mientras más se parezcan a Cristo, más estarán seguros de la
razón de sus existencias. Entonces y sólo entonces, serán empresarios dignos de imitar, empleados
responsables, doctores de bien, arquitectos agentes de cambio, profesores
admirables, pastores de impacto, abogados destacados y, por qué no, presidentes
con visión y temor de Dios.
Así que, amados
papis, la visión que deben de tener para sus hijos no es la educación o la
herencia que les van a dejar, lo que sí importará será lo siguiente: ¿QUÉ DIRÁ
EN SUS LAPIDAS?
Es decir, no
vean todo rápido, “el pueblo sin visión perece”. Su misión como padres es
asegurarse que sus hijos serán por siempre (y no “rápido”) grandes personas y
no sólo hasta que tienen 18 años o se vayan de la casa, eso es simplemente
vivir una vida vacía, sin impacto, eso es simplemente vivir “Rápido”.
La pregunta del
millón será: ¿Fue un gran hombre, buen esposo y padre? ¿Fue una gran mujer,
buena esposa y madre? Les animo que ésa sea la visión que tengan para sus
amados hijos, nuestros alumnos, porque de hecho ésa sí es la nuestra.